Caminando solo...

Me encontraba caminando solo entre las lápidas del cementerio de la ciudad.
No había aire. Sonidos nulos.
Caminaba aún aburrido. Caminé y caminé, perdí la noción del tiempo.
Me senté en una lápida grande.
Suspiré.

-Buena noche, buen lugar, buen tiempo... Ojalá encuentre algo -suspiré mientras miraba la luna.

Un cuervo llegó y graznó.
Me estremesí y escuché como llegaba alguien más.

-¡¿Quién está allí?! -grité.

Sonreí y dí un paso atrás.

-Sí, Indefensa -sonreí- ¿Y qué hace una chica tan indefensa por aquí?

La miré con cuidado.

[i]Rei mas al ver como dava un paso hacia atras -Solo a ver si encontrava algo... espantoso por aqui- Dije, y mire hacia mi alrrededor para buscar algo realmente aterrador.

Sonreí.

-Yo soy guapo, no aterrador... o tal vez sí, soy aterrador -rei.

Miré al cuervo que no dejaba de mirar con algo de miedo a la chica.

-Me llamo Gustavo -extendí la mano- Y tú?

Rei con el comentario de Isabella. Sólo Bella.

-Bien, Sólo Bella! -sonreí.

Algo había en ella que llamaba mi atención. Algo que ella ocultaba...

Comencé a inspeccionarla.

Reí.
"Si saco mis alas demoniacas... ¿se asustará?" -pensé.

-Estaba aburrido en casa asi que decidí salir un rato -sonreí

[i]La aburrición era tipico de escusa, rei nuevamente a este pensamiento -Y... ¿Que eres?- Dije, si era humano no sabria como explicarle eso asi que mejor me aclaro -Hablo de trabajo, si me entiendes- Me aclare, aunque eso no era lo que queria preguntar.

Rei.

-Por el momento trabajo en modelaje -sonreí- Y tú?

-Uhm... Ya veo -sonreí.

¿Qué era ella? ¿Que ser era? ¡Dios, ¿cómo preguntarle?!

Rei.
-No era tan dificil preguntar ¿cierto? -sonreí- Soy un Demonio-vampiro. Un íncubo

Cuando vi que ella tropezó la ayudé a levantarse.

-Hey cuidado... No vuelas -sonreí.

Vi algo que hizo que se espantara.

-Qué sucede? Por qué te asustas? -enarqué una ceja.

La miré sacar sus alas de ángel.
"Es un ángel" -pensé con una sonrisa dibujada en mi cara.
Desaparecí.

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Aparecí en la salida del cementerio. La miré llegar.

-Hola... Angelita -sonreí- ¿Por qué me dejas solo tán pronto?

Sonreí.
No era la primera ni la última que le tuviera miedo a los demonios.
Acaricié su mejilla derecha.

-Hey... Tranquila. -sonreí- No muerdo... No te haré daño.

Sonreí.
La chica parecía sincera.

-Está bien, te creo -la miré- ¿Te quieres ir ya?

La miré un poco extrañado.

-¿Sientes vergüenza por los humanos? -me tensé.